viernes, 15 de abril de 2011

Cómo conquistar a un Gordo - Parte 1: Los aromas


La gran mayoría de las técnicas que se pueden usar para conquistar a un gordo, aplican también para gente esbelta. Pero en algunos ítems en particular difieren, y quienes quieras conquistar a un gordo, deberán tener en cuenta estas diferencias.

Los aromas

Siempre se dijo que al hombre se lo conquista por el estómago, en mi caso particular es totalmente cierto, y también lo es para la mayoría de los gordos.

Si está Ud pensando en un gordo que ama (si, siempre es por amor, las chicas no quien NUNCA sólo parrandear con un gordo) deje de utilizar perfume de jazmín, rosa, agua de mar mediterráneo con sales de sarasa.

Aquí, una tabla de valores y equivalencias, si la utiliza correctamente, el gordo caerá presa de sus aromas:

Si ud usa:

 “Rosas” o “Frutos rojos”:
Cámbielo por “Chorizo colorado” (Se consigue fácilmente restregándose un chorizo colorado por el cuero, no olvide el cuello. Se puede utilizar un chorizo común, pero el efecto logrado en el gordo es menos fogoso)

“Aromas campestres”:
Cámbielo por “Parrillada completa para dos” (Se logra sin la necesidad de restregarse la parrillada aún caliente por el cuerpo, lo que evita quemaduras. Debe Ud ubicarse cerca de una parrilla, tome nota de la orientación del viento y haga que el hubo de la parrilla la “humee” durante unos 15 minutos. Así se logras un muy buen aroma a parrillada).

Aromas “Cítricos”:
Cámbielo por “Pato a la Naranja” (Este aroma en particular es más efectivo en Gordos con plata, ya que los gordos pobres como yo jamás hemos ingerido ese plato. No es tan sencillo de lograr, porque amerita preparar un pato a la naranja. Una alternativa válida es hacer “Paloma a la Naranja”).

Aromas “Rústicos”:
Cámbielo por “Pancho de Constitución” (Se consigue muy fácil viajando en el Roca hasta Lomas de Zamora, si va hasta Glew el aromas será más fuerte y efectivo, yo sé lo que le digo, mi querida es de Longchamps).

Si aplica estos consejos al pie de la letra, el gordo en cuestión caerá a sus pies, córrase, puede ser peligroso.
En mi caso particular no hace falta tanta vuelta, decime que me tenes ganas y agarro viaje derecho viejo.

Hasta la próxima :D

PD: Esta semana he bajado un kilo :D

viernes, 1 de abril de 2011

Crónica de un Gordo en vacaciones: El culo, la silla y la Pizza Calabeso

El gordo de vacaciones queda en ir a comer (única cita factible) con una chica. Linda chica, muy linda.

Llegan al lugar, sobre la avenida 3 casi esquina Buenos Aires, un de los pocos lugares que hace Pizza a la piedra en la ciudad balnearia (el gordo morfa cualquier cosa, pero la chica quería a la piedra, y como gordo se comería hasta la piedras mismas, no puso peros).

Llegan, temporada baja, muchos lugares disponibles pero... todas, TODAS las silla son de las que podrían listarse como ENEMIGAS del gordo. Todas las sillas del lugar tiene apoya brazos. El grodo suda la gota misma (La gota gorda, recuerdo de un post viejito) y se pregunta "Me entra el culo ahí?" (Otro post viejo). Respuesta: No.

Así es, quedé aprisionado, no podía yo moverme hacia ninguno de los puntos cardinales, y menos aún en el hipotético eje Z para poder salir yo hacia arriba y liberar mis carnes de aquella celda que, pensada como un descanso para brazos era un cazagañotes de mi ojete.

Cuando finalmente pude salir, ayudado por mi compañera de cita y la camarera, dije: "Nos podemos sentar ahí" señalando una mesa cercana a unos canteros que podrían servirme de banco, o algo así. Pero la camarera dijo "No, por favor, elijan la mesa que quieran y les traigo otro silla más amplia".

Claro, una silla apta para todo culo. Vino con una silla que era un banco de plaza, me dio vergüenza, MUCHA, saber que mi culo entraba allí y no en la silla anterior. Una cosa es ser gordo, otra ya es salirse por completo de los estándares. La cita arrancó, justamente, como el culo.

Hacemos el pedido, una grande, obvio. Mitad Calbresa mitad Vittorino (Pizza de cebolla, queso roquefort y sardo, una hermosura hecha pizza). La camarera dice "Dale, que buena elección" abriendo ampliamente los ojos y sonriendo como diciendo "claro, después querés que te entre el culo acá!"

Cuando terminamos (La chica comió sólo dos porciones y yo me detuve en la tercera para no quedar como un hambriento pero teniendo la delicadeza de comer una más que ella para que no sienta que comió tanto como un rinoceronte que vendría siendo yo) la chica me pide que picamos un café, cosa que hacemos.

Luego del café y cuando yo daba por perdida la cita y trataba de pensar cómo legalizar el casamiento entre gordos y comida ella se me acerca y me da un beso. Cuando nuestros labios se entremezclan, creo sentir en su beso un sabor familiar, algo que me resultaba en extremo conocido, si, longaniza!

La chica me besó y me pasó con la boca una rebanada de la longaniza de la calabresa (por eso el calabeso del título, avispensé). Les juro que fue sublime!

Creo, señoras y señores, que puede ser amor. Qué dicen?

Mi peso? Aumenté, en vacaciones la dieta también se toma un descanso!